DÍA 11 DE JULIO
El Pontífice romano que primero llevó el nombre de Pío —apelativo que en el correr de los siglos de la era cristiana varios Papas habían de ilustrar con su santidad y con su ciencia—fue sucesor de San Higinio en la cátedra apostólica. Su pontificado se intercala en la primera mitad del siglo II, en el reinado de Antonino Pío (138-161).
RESEÑA DEL «LIBER
PONTIFICALIS»
Parece que San Pío nació en
Aquileya, en el noreste de Italia, a orillas del Adriático, ciudad considerada
entonces como una segunda Roma y llave de Italia, a causa de su situación en la
ruta de las Galias a Oriente.
San Pío, hijo de un tal
Rufino, tenía un hermano llamado Pastor.
LA IGLESIA EN LA ÉPOCA DÉ
SAN PÍO I
El emperador Antonino Pío era ya de edad madura cuando
sucedió a Adriano. Ningún emperador romano goza de tan buena fama como él en la
Historia, y se la merece por sus cualidades y dotes de gobierno. Fue varón
religioso, de costumbres austeras, sin ambición, amparador de la gente humilde,
amable y, a la vez firme y justo en el ejercicio del poder. Su reinado fue una
época de tranquilidad para el imperio y para la Iglesia.
Por otra parte Pío I decretó
que los que procedían directamente del judaísmo y no de una secta cristiana
judaizante, se bautizaran. Esa disposición era motivada, ya que los judíos,
habiendo dado siempre culto al Dios verdadero y siendo herederos de las
promesas hechas a Abrahán, podían figurarse que se hallaban en mejor condición
que los paganos y que, por derecho propio de la Sinagoga, podían pasar sin más
requisitos a la Iglesia.
El Papa declaró, pues, que
el bautismo era tan necesario a los judíos como a los gentiles, para entrar en
el seno de la Iglesia y para vivir dentro de la fe cristiana.
MUERTE DE SAN PÍO I
Según la cronología
comúnmente adoptada en nuestros días, murió este Papa en 155. En cinco
ordenaciones de diciembre había creado dieciocho sacerdotes, veintiún diáconos
y doce obispos para diversos países, como consta en el Líber pontificalis.
No hay documento alguno que
precise su género de muerte. No obstante, algunos documentos hagiográficos
afirman que este pontífice tuvo la gloria de derramar su sangre por la fe en
circunstancias hasta ahora desconocidas. El Breviario romano considera a San
Pío I como mártir, y la Iglesia rezaba el oficio de los mártires el día de su
fiesta, 11 de julio, en que habría sido sacrificado imperando aún Antonino Pío.
Su cuerpo fue depositado en
Roma al lado de la tumba de San Pedro.
Parte de sus reliquias
fueron trasladadas más tarde a la iglesia de Santa Pudenciana. Se veneran
algunas de ellas en Bolonia, en algunas iglesias de la diócesis de Amiens y en
otros varios lugares.
SANTORAL:
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San Benito de Nursia
·
San Abundio de Córdoba
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San Cindeo de Panfilia
·
San Cipriano de Brescia
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San Drostán de Deer
·
San Hidulfo de Tréveris
·
San Leoncio de Burdeos
·
Santa Marciana de Mauritania
·
San Marciano de Iconio
·
Santa Olga de Kiev
·
San Pío I papa
·
San Plácido de Disentis
·
San Quetilo de Viborg
·
San Sabino de Brescia
·
San Sidronio de Sens
·
San Sigisberto de Disentis
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