DÍA 7 DE JULIO
Los Santos Cirilo y Metodio, griegos de linaje, bizantinos por su patria, romanos y apóstoles de la raza eslava por su misión, son, con justo título, considerados como las dos lumbreras de Oriente, porque allí sembraron y propagaron la semilla de la fe cristiana. En vano se ha pretendido presentarlos a la faz del mundo como enemigos del catolicismo, ya que los hechos nos los muestran como sumisos y respetuosos hijos de la Iglesia, inseparablemente unidos al sucesor -de San Pedro, y dispuestos siempre a responder al primer llamamiento del Sumo Pontífice y a seguir fielmente sus directivas en la misión de apostolado que emprendieran.
En la ciudad de Tesalónica
—hoy Salónica—, iluminada con la luz de la fe por el Apóstol de las gentes,
vivía a principios del siglo ix un noble caballero griego, por nombre León,
alto funcionario del Estado.
Le Nacieron dos hijos; el
mayor, hacia el año 820, que fue bautizado con el nombre de Metodio, el
segundo, que vio la luz primera hacia el 827, le pusieron por nombre
Constantino, pero había de ser más adelante conocido por el de San Cirilo de
Tesalónica, célebre en la Historia de la Iglesia como el de su hermano.
Como ambos hablaron desde su
infancia la lengua eslava, se ha supuesto haber sido su madre de esta
nacionalidad, lo cual no es de extrañar, ya que eran eslavos buena parte de los
residentes en Tesalónica. Constantino y Metodio fueron enviados por su padre i
Constantinopla, donde pronto se hicieron célebres por su erudición a rápidos
progresos. Distinguiese Constantino por la agudeza de ingenio, especialmente en
las artes militares y en la Jurisprudencia, hacia las que le inclinaba su
ánimo.
Pero no menos admirable que
su ciencia era la santidad de ambos hermanos , por doquier se los citaba como
dechados de virtud. Su humildad, piedad y mansedumbre atraían los corazones de
cuantos los trataban; la misma emperatriz Teodora los tenía en muy gran aprecio
y consideración.
METODIO, MONJE. — MISIÓN DE
CONSTANTINO
Fue promovido Metodio a la
prefectura de la provincia eslava del imperio bizantino, algunos años más
tarde, renunció a ella para vestir el humilde y tosco sayal de los basilios en
el monasterio de Policronio, cerca de Constantinopla. Constantino se preparaba
a seguir sus huellas, cuando los kazares —pueblo que habitaba más allá de la
Táurida, hoy Crimea— manifestaron a la emperatriz deseos de abrazar el cristianismo,
y le pidieron que enviara algún misionero para instruirlos en la fe. Hasta entonces,
su religión había sido una mezcla de judaismo y mahometismo.
Entre los años 857 y 860, el
emperador Migud III, hijo de Teodora, escogió para aquella misión a Constantino,
bibliotecario del patriarca, maestro de filosofía, y que había desempeñado
varias funciones diplomáticas.
Constantino aceptó el cargo
que se le confiaba, y se encaminó a la región donde debía ejercer su apostolado
llevando consigo a Metodio, que había ya pasado el tiempo de prueba en un
monasterio del monte Atos.
A su paso por Querson —la
antigua Quersoneso— se detuvo una temporada para estudiar la lengua de los
kazares. Allí encontró las reliquias del papa San Clemente, desterrado y
martirizado en aquel país por orden de Trajano. Fue descubierto el cuerpo
debajo de unas ruinas, y al lado se hallaba todavía el áncora con que el mártir
fue arrojado a las olas.
Se Propuso Constantino
trasladar las preciosas reliquias a Roma, y mientras aguardaba la ocasión de
ejecutar su proyecto, se apresuró a salir para dar término a su misión entre
los kazares. Allí confundió a los sectarios judíos y musulmanes, y la nación se
hizo cristiana. Mientras permaneció en el país, cifró todos sus afanes en la
instrucción del pueblo, y al ser nuevamente llamado a Constantinopla, dejó
sacerdotes piadosos e ilustrados para asegurar la permanencia y prosecución de
su obra.
Metodio fue ordenado
sacerdote en compañía de algunos discípulos suyos —febrero de 868— ; luego el
Papa le consagró obispo y le elevó a la sede arzobispal de Panonia. Afirman
algunos, que Constantino recibió la misma dignidad, pero que no llegó a ejercer
sus funciones.
De todos modos ya no
volvería a ver este último las comarcas por él evangelizadas. Cuarenta- y dos
años tenía Constantino, y ya sus fuerzas estaban agotadas. Sintiéndose
impotente para sobrellevar la carga episcopal, obtuvo del Papa el debido
permiso para retirarse a la soledad del claustro, e ingresó en el monasterio
griego de Roma, donde siguió llevando una vida ejemplarísima. Al hacer la
profesión religiosa, tomó el nombre de Cirilo.
Murió nuestro Santo, según
la leyenda paleoeslava, en brazos de su hermano, el 14 de febrero del 869, a
los cuarenta días de ingresar en el monasterio, cuando ya se había conquistado
la admiración y cariño de todos.
Roma entera lloró su muerte.
Metodio pidió autorización al Papa para trasladar el cuerpo de su hermano a
Constantinopla • «Nuestra madre —añadió— nos suplicó con lágrimas que nuestros
cuerpos, después de muertos, descansasen en «tierras de la patria».
El Papa accedió a ello, pero
el pueblo rogó con vivas instancias que no le arrebatasen el cuerpo del Santo.
Entonces, Adriano II dispuso la inhumación del cuerpo de Cirilo con los honores
reservados al Sumo Pontífice, y la concurrencia del clero de ambos ritos latino
y oriental, en la basílica de San Pedro y en la tumba reservada a su propia
persona.
Dolorido Metodio, al no
lograr los mortales despojos de su queridísimo hermano, suplicó que, a lo
menos, fuese inhumado en la basílica de
San Clemente, en memoria del
hallazgo de las sagradas reliquias por el santo misionero. El Papa no puso
dificultad, y el cadáver fue definitivamente llevado a la basílica clementina,
y depositado en magnífico sepulcro construido al efecto, que no tardó en ser
lugar de oración para los fieles.
ÚLTIMOS TRABAJOS
Celoso continuador de la
obra comenzada por San Cirilo, su hermano Metodio parecía haber sido llamado
por Dios para evangelizar, ya por sí mismo, ya por sus discípulos y
continuadores inmediatos, toda la parte de la Europa oriental que aún no había
abrazado la verdadera fe.
MUERTE DÉ METODIO
Había llegado ya la hora del
descanso, este celoso apóstol que estuviera tan íntimamente unido a su hermano
durante la vida, iba muy pronto a juntarse con él en eterno abrazo y a recibir
el galardón merecido.
Al advertir la proximidad de
su fin, designó a Gorazdo, uno de sus presbíteros, como sucesor suyo en el
episcopado. Dio al clero y al pueblo las últimas instrucciones y consejos y se durmió
en la paz del Señor el Martes Santo 6 de abril del año 885.
Su cuerpo fue llevado a Roma
con la triple y majestuosa solemnidad de las liturgias latina, griega y eslava,
y sepultado en la basílica de San Clemente, junto al de su hermano San Cirilo.
La santidad de ambos hermanos fue corroborada por numerosos milagros obrados
sobre su tumba.
CULTO DE LOS SANTOS CIRILO Y
METODIO
En 1858, Pío IX concedió a
los bohemios, mora vos y croatas de raza eslava, que acostumbraban celebrar
anualmente el 9 de marzo la fiesta de San Cirilo y San Metodio, autorización
para celebrarla en adelante el 5 de julio. Con ocasión del Concilio Vaticano,
numerosos obispos solicitaron y consiguieron que se hiciese extensiva esta
fiesta a la Iglesia Universal.
Actualmente se celebra el 7
de julio, en virtud de un decreto de la Sagrada Congregación de Ritos, que
modificó el Breviario y el Misal en diciembre de 1897, y trajo a esta fecha la
dicha celebración.
SANTORAL
·
Santos Cirilo y Metodio, obispos, apóstoles
de los esclavos
·
Panteno, apóstol de la India.
·
Fermín, obispo de Pamplona.
·
Vilibaldo, compañero del apóstol de Alemania
San Bonifacio,
·
Félix, obispo de Nantes
·
Odón, obispo de Urgel; Eddas, obispo de
Winchester
·
Apolonio, obispo de Brescia
·
Ilidio, obispo de Clermont.
·
Eoldo, obispo de Viena, en Francia.
·
Juan obispo de Ravena, y Cónsul, de Como
·
Valfrido, solitario y monje.
·
Nicóstrato, esposo de Santa Zoé y mártir.
·
Claudio y su hermano Victorino.
·
Sinforiano, hijo de Claudio, y Castorio.
·
San Sebastián y mártires de la fe.
·
Beatos Benedicto XI, papa
·
Lorenzo de Bríndisi, capuchino.
·
Davanzato, terciario franciscano.
·
Santas Ciríaca, mártir en la persecución de
Diocleciano, y Edilburga, hija de un rey inglés.
·
Cetro y corona de reina Cordón de terciaria
Rosas del milagro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario